Las fantásticas historias de la lana y los tejidos

Capitulo 1  El Origen

Yamile Barajas yamhi.barajas@gmail.com

jue, 30 nov 2023, 21:19
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Había una vez en una pradera verde y ondulante, una pequeña ovejita llamada Arisana. Aunque su nombre era común entre las suyas, su historia era única. Desde su cálido rincón en la colina, Arisana decidió contar la historia de su vida y la importancia de su preciosa lana a través de las generaciones.

"¡Hola, amigos curiosos! Soy Arisana, y quiero compartirles la fascinante historia de nuestra lana y cómo ha sido parte del mundo desde tiempos inmemorables", comenzó con entusiasmo.

Arisana recordaba los días en que sus antepasados de lana gruesa deambulaban por vastas tierras. "En aquellos días, los humanos nos descubrieron como una fuente mágica de fibra suave y cálida", relataba mientras su lanita se balanceaba con la brisa.

"Al principio, nos usaban para hacer simples prendas, como suaves mantas y abrigos que los protegían del frío invierno. Ah, cómo amaban la sensación acogedora de nuestra lana", suspiraba Lana, recordando los días en que las manos humanas cardaban y hilaban con destreza.

Con el tiempo, los humanos descubrieron nuevas formas de transformar la lana. "Hicieron prendas más elaboradas, como suéteres y bufandas, tejidos con paciencia y amor. Cada hilo contaba una historia, y nosotros éramos la fibra de esas historias", continuaba Lana, emocionada.

La pequeña ovejita narraba con detalle cómo la lana trascendió las prendas y se convirtió en algo más. "Los humanos, siendo tan ingeniosos, comenzaron a tejer tapices y alfombras con nosotros. Así, nuestras fibras adornaban sus hogares y contaban sus leyendas a través de intrincados diseños".

Arisana, con su voz suave y melodiosa, relató cómo los tejedores expertos crearon calcetines y guantes para abrigar las extremidades de las personas. "¡Imaginen lo divertido que es ver a alguien bailar felizmente en calcetines tejidos con nuestras fibras suaves y cálidas!".

La historia de Arisana continuaba a medida que las generaciones avanzaban. "Con el tiempo, nuestra lana se convirtió en algo aún más asombroso: ¡juguetes tejidos! Los niños abrazaban ositos y muñecas hechas con nosotros, y así, éramos parte de la infancia y la alegría".

Arisana concluía su relato con una sonrisa en su rostro lanudo. "Y así, queridos amigos, mi historia continúa. Cada hebra de mi lana es un hilo en el tapiz del tiempo, tejiendo recuerdos y calor en cada rincón del mundo".

La pradera se llenaba de paz mientras Arisana miraba el horizonte, agradecida por la historia que compartió y por ser parte de un legado tan especial. Con cada brizna de viento, susurraba agradecimientos al universo, sabiendo que su lana seguiría tejiendo historias por generaciones venideras..

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